Desigualdad económica global

 Aunque se han realizado avances en el mundo para erradicar la pobreza, la desigualdad económica sigue existiendo.

Desde 1980 se ha estado afianzando entre los economistas el concepto que la pobreza no disminuye, independientemente de los esfuerzos que se hagan para erradicarla, si simultáneamente no se corrigen los temas de desigualdad. Últimamente este concepto ha tomado mayor fuerza y entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o OXFAM, proponen que toda estrategia para disminuir la pobreza debe contener el tema de la desigualdad y su disminución.

 

La desigualdad económica tendrá lugar siempre que diferentes personas o colectivas disfruten de una renta, riqueza o bienestar diferentes. No debemos confundir desigualdad con pobreza. Pobreza y desigualdad pueden o no coexistir.

 

Las disparidades actuales son un obstáculo para los derechos y el bienestar de las personas, dificultan la justicia social. Impiden la movilidad social o el acceso a educación o sanidad en igualdad de condiciones.

 

Cuando hablamos de desigualdad podemos expresarla tanto del índice de Gini como del coeficiente de Gini, ambos representan el mismo concepto, la única diferencia es que el índice de Gini se expresa en porcentaje. De esta forma, el índice de Gini es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100 y expresado en %.

 

Según la información de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) sobre desigualdad en los países desarrollados, se detecta una gran variabilidad en el valor de los indicadores, en un rango que oscila desde un coeficiente de Gini de 0,25 en Dinamarca, Islandia, Noruega y Eslovenia, hasta 0,41 en Turquía y 0,39 en los Estados Unidos.

 

En el caso de los países en desarrollo, la dispersión de los niveles de desigualdad es mayor que en los países desarrollados, con un diferencial de casi 40 puntos entre ellos: desde un índice de Gini de 25,6 en Ucrania, hasta uno de 63,1 en Sudáfrica.

 

Algunos datos que ponen en evidencia la situación en la que vivimos actualmente:

 

  • En los países en desarrollo, el 20% de los niños en situación de pobreza tiene hasta tres veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años que los niños de las regiones más ricas. probabilidades o probabilidad?
  • En la mayor parte de los países en desarrollo, las mujeres que viven en el campo tienen tres veces más probabilidades de morir durante el parto que las mujeres de las ciudades.
  • Hasta el 30% de la desigualdad de ingresos se debe a la desigualdad dentro de los hogares.

 

¿A qué se debe la desigualdad económica?

Existen numerosos factores que influyen en la aparición de la desigualdad económica:

Dificultades para el acceso a la formación. Cuando las personas no pueden acceder al conocimiento, sus oportunidades laborales se ven limitadas, lo que perpetúa la situación pobreza.

 

Desigualdad de género. El hecho de que las mujeres en muchos países reciban un trato desigual en cuanto al acceso a la educación o al mundo laboral tiene efectos negativos sobre la sociedad.

Conflictos. Las guerras y los contextos de violencia prolongada producen pobreza, la falta de seguridad y el miedo generan inestabilidad en todos los ámbitos de la vida y pone trabas al progreso.

 

Otras razones, el estancamiento de los salarios, la disminución gradual del estado de bienestar en las economías desarrolladas y la insuficiente protección social en los países en desarrollo.

 

 

¿Cómo afecta a los individuos?

Los efectos de las desigualdades no se limitan solo al aspecto económico, sino que también, afectan la esperanza de vida y el acceso a servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación, el agua, y pueden coartar los derechos humanos, por ejemplo, debido a la discriminación, el abuso y la falta de acceso a la justicia. Cuando las desigualdades son considerables, desalientan la formación profesional, obstruyen la movilidad económica y social y el desarrollo humano. Asimismo, afianzan la incertidumbre, la vulnerabilidad y la inseguridad, destruye la confianza en las instituciones y el Gobierno, aumentan las tensiones sociales, y desencadenan violencia y conflictos. También afectan la capacidad de las personas y las comunidades para adaptarse al cambio climático.

 

La desigualdad socioeconómica conlleva condiciones deficientes de salud y muertes prematuras, debido al menor acceso a la asistencia sanitaria y a la peor alimentación. Por ejemplo, pertenecer a un nivel socioeconómico bajo en EE.UU. implica un acceso más limitado a la asistencia sanitaria y vivir en entornos más propensos a la enfermedad. También hay que hablar del desgaste corporal debido al estrés crónico que causa vivir en esas condiciones.

 

La desigualdad económica difiere mucho de un país a otro. La lucha contra la desigualdad debe basarse en el contexto de cada país, sus necesidades económicas más apremiantes y su realidad política. No es posible adoptar un enfoque único que encaje en todos los casos.

 

Para combatir este hecho, seguirá siendo esencial generar mayor conciencia y ampliar el apoyo en materia de políticas, fijar objetivos y replantear las prioridades del gasto público a fin de reducir la desigualdad del acceso y las oportunidades, reorientar los marcos fiscales para reducir las desigualdades intra e intergeneracionales de los ingresos y la riqueza, y gestionar el rápido avance de los cambios tecnológicos.

 

Cuáles son los límites razonables y justos para que una sociedad posea un grado razonable de diversidad. En las discusiones sobre diversidad y desigualdad hay consenso que la búsqueda de una sociedad completamente homogénea no es deseable. Sería una sociedad deprivada del dinamismo que lleva al progreso y del esfuerzo espontáneo que trae la competividad y caracteriza a la raza humana.

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