Los parches transdermal, esos discretos aliados que adherimos a nuestra piel para liberar fármacos de forma controlada, han recorrido un largo camino desde su aparición en 1979. Si bien cuentan con múltiples ventajas, no han llegado al mercado de manera masiva debido a que la cantidad de desafíos que debe superar una molécula para poder ser administrada por esta via son significativas. Para poner en manifiesto esta participación minoritaria dentro de la oferta de medios para administrar drogas al cuerpo, podemos mencionar que en el periodo comprendido entre el 2015 y el 2022 fueron aprobados unos 7239 productos genéricos por parte de la FDA, entre los cuales, tan solo 84 del total fueron parches transdermales Esto representa tan solo el 1,2% de estos productos.