El futuro de la publicación científica

Francisco Stefano – Director

Kimberley Pardo – Marketing and Business Development Analyst

 

La edición de la primera revista académica tuvo lugar en Francia el 5 de Enero de 1665, Journal des sçavans seguida por la inglesa Philosophical Transactions el 6 de Marzo del mismo año. Han transcurrido 355 años y la comunicación entre científicos aún continúa basada, principalmente, en el intercambio de información a través de la lectura de revistas. La facilidad para publicar resultados, datos e ideas es una parte importante del trabajo y del correcto proceder científico. La evolución futura de la comunicación importa a todos.

Tanto las primeras publicaciones (siglos 17,18 ) y hasta la mitad del 19, las publicaciones estaban en mano y bajo la responsabilidad de las Asociaciones Científicas u otras institucione que garantizaban la seriedad de las mismas. A partir de la segunda guerra mundial y quizás por el acelerado incremento en la actividad científica, las publicaciones comenzaron a migrar hacia editoriales comerciales y este ritmo de traspaso se ha incrementado. Como ejemplo podemos tomar el caso de la muy respetada revista de medicina llamada actualmente New England Journal of Medicine. Nació con el esfuerzo de dos profesionales en 1812 y en 1928 fue comprado por la Medical Socitey of Medicine, una organización sin fines de lucro. En cambio The Lancet, la revista británica de medicina que puede considerarse competitiva del NEJM ha sido comprada en 1991por la Editorial Elsevier.

Hoy en día el mercados de publicaciones es cercano a U$ 20 billones y de los cuales la mitad aproximadamente es generada por 5 compañías, Elsevier, Springer, Taylor and France, Wiley y Sage.

Una cantidad importante de empresas menores están entrando a este mercado atraídos no solamente por el actual grado de crecimiento sino por los optimistas datos que sugieren un continuo crecimiento basado en dos “datos” : el Acceso Libre y la proliferación de publicaciones que no utilizan papel, los escritos llegan al público solamente en forma virtual disminuyendo mucho el costo de producción.

 

Una preocupación imperante es las dificultades existentes de acceder, tanto a la consulta de trabajos, como a las publicación de los propios resultados. Estas dificultades se presentan principalmente con las revistas de mayor prestigio y son provocadas por el alto costo que debe pagar el investigador cuando envía su trabajo para publicación o el precio a pagar por acceder a la lectura de un trabajo importante para su tarea.

 

Independientemente de que el alto número de publicaciones permite un flujo muy importante de intercambio de conocimientos e hipótesis dentro de la comunidad científica, también surgen en esta misma comunidad temores que el control ejercido por las empresas, quizás no tan rígido y meticuloso facilite la publicación de datos inválidos o falsos. Estas situaciónes ha creado un nuevo peligro para la actividad científica, los llamados “editores predadores” que toman ventaja de la profusa demanda de intercambio de información y publicar en revistas virtuales con costos disminuidos. El modelo de trabajo de estos predadores involucra cobrar tarifas de publicación bajas. El trabajo recibido es revisado con relativamente muy bajo trabajo editorial y aceptado con rapidez para su publicación.

La tarea editorial y sus productos está navegando un océano de oportunidades. La importancia de mostrar los datos en que se basan los resultados, el acceso libre a las publicaciones, la pre-lectura son todos caminos que están buscando su posición definitiva.

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